miércoles, 21 de abril de 2010

LOS BENEFICIOS DE PRACTICAR DEPORTES O REALIZAR EJERCICIOS FISICOS.

“La vida moderna convierte al hombre en un ser sedentario, un habitante de este mundo donde todo está al alcance de la mano. Este confort tiene sus beneficios, pero la inactividad física que muchas veces supone puede acarrear consecuencias negativas para la salud”.

Son muchos los factores que nos llevan actualmente a tener una vida más sedentaria. Para corroborar esta afirmación, están los medios de transporte modernos, la televisión, la computadora y hasta la posibilidad de realizar acciones sin moverse (desde el delivery hasta el trabajo en casa), gracias a los beneficios del mundo virtual. Como veremos, mientras más nos alejamos de esa vida sedentaria, mayores beneficios para la salud obtendremos. Esto no significa que para paliar sus males se deba comenzar repentinamente a practicar deportes o a realizar grandes esfuerzos físicos. “Solo basta incluir una actividad física de intensidad moderada para comprobar una sustancial mejora en la salud y en la calidad de vida” nos dice el Dr. Mariano Ballester, médico deportólogo y miembro del departamento de medicina deportiva y cirugía antroscópica del centro del diagnostico Dr. Enrique Rossi. “Tampoco, continúa, es una cuestión de intensidad o de esfuerzo, ya que de lo que se trata es de sumar progresivamente actividad física a organismos acostumbrados al sedentarismo. Desde el punto de vista médico, lo mas importante es privilegiar el ejercicio aeróbico (mas tiempo o mas volumen) que la intensidad” ¿Pero de que se hablar cuando se dice “actividad física de intensidad moderada”?. Se trata ni más ni menos que de situaciones que bien pueden formar parte de la vida cotidiana: tratar de caminar a la hora de trasladarnos, utilizar la escalera en lugar del ascensor, cortar el césped o trotar durante quince minutos. En este sentido, será bueno tener en cuenta que esta demostrado que los efectos beneficiosos sobre el aparato cardiorrespiratorio son similares cuando la actividad física se produce en varias sesiones cortas (por ejemplo de 10 minutos), tomando igual cantidad de minutos totales.

En Concreto.
La respuesta fisiológica del ejercicio afecta de manera positiva a los sistemas musculoesqueléticos, cardiovascular, respiratorio y endocrino. También parecería reducir la depresión y la ansiedad, y mejorar el humor. A la hora referirse sobre los beneficios del ejercicio de baja intensidad, Ballester hace foco en una “saludable reducción de los factores de riesgo cardiovasculares”. En este sentido, enumera:
- Reduce la presión arterial sistólica y diastolita
- Aumenta el colesterol HDL (Colesterol “bueno”) y reduce los triglicéridos (“grasas”) en sangre.
- Reduce la grasa corporal total y la grasa intraabdominal
- Reduce el requerimiento de insulina y mejora la tolerancia a la glucosa, y por ende la calidad de vida del paciente diabético.
- También evita la aparición de dicha enfermedad en pacientes genéticamente predispuestos a contraerla
- Reduce la agregación y adhesividad plaquetaria (que forma los tombos e “infartos” en las arterias)
- Reduce la ansiedad y depresión y permite que las personas mayores sean más independientes.

A medida
No es algo difícil. Solo basta comenzar a moverse un poco más. Pero si la idea es comenzar a cambiar hábitos, resultará fundamental realizar un chequeo medico para constatar las condiciones cardiorrespiratorias y el estado osteoarticualr y muscular. “La realización de una actividad deportiva –sostiene el Dr. Ballester- demanda un mayor esfuerzo de todo el organismo y en especial del aparato cardiovascular. A fin de evitar sorpresas desagradables o a veces graves, es importante realizar una adecuada evaluación clínica y cardiológica previa. El chequeo básico, cualquiera sea la edad de la persona, consiste en un examen clínico completo, una rutina de laboratorio y un electrocardiograma. En los casos en que aumenta el grado de exigencia, en adultos mayores de 35 años o en pacientes con antecedentes de cardiopatías, la situación cambia. “En estos casos se requiere una ergometría (prueba de esfuerzo), a fin de evaluar la respuesta del corazón frente al esfuerzo, y no solo en reposo, como en el electrocardiograma simple. En los mismos casos, y dependiendo de las patologías o de los estudios previos, puede ser necesario un Holter (electrocardiograma ambulatorio de 24 horas), una cámara gamma (estudio cardiaco con radioisotopos) o un ecocardiograma. Y si se trata de actividad deportiva, se aconseja la ergometría para toda persona que inicie cualquier actividad deportiva, ya sea de manera profesional o amateur”, refiere Ballester.

Asesoramiento Médico: Dr. Mariano Ballester. Médico deportólogo. MN 92160. Miembro del Departamento de Medicina Deportiva y Cirugía Artroscópica del Centro del Diagnóstico Dr. Enrique Rossi (CDR) y Director asociado del Centro Integral de Traumatolgía (CIT)
Nota extraída de la Revista "Conexión" Andrómaco. Año 2-Numero3 Marzo 2008.